29 de desembre 2009

26 de desembre 2009

In pass

Porque a veces se necesita una pausa y porque puede que haya llegado el momento de escribir en/hasta/desde otros lugares. 
[No hay cambio de atrezo]

08 de desembre 2009

Sin saber qué es o 29 de abril de 2010

Perdió el conocimiento durante, exactamente, 2 minutos y 17 segundos. Experimentó algo así como un viaje al futuro y cuando despertó supo que tenía que escribir. Escribir sobre qué se preguntó al principio, pero poco a poco aquello que le fue revelado durante el desmayo tomó forma en un mural repleto de referencias literarias que se entretejían a través de distintas líneas interpretativas: aventura y apertura al mundo, interioridad, el hombre y la historia, lo cotidiano, la irracionalidaded, paradojas terminales... Estaba en juego la novela, el arte del olvido del ser, y, sin saber muy bien por qué motivo, el destino le había puesto en la encrucijada para iluminar el mundo de las letras.
 
¿Iluminar?
Consideró la novela desde su génesis y llegó a distintas conclusiones, pero se olvidó de cotejar sus teorías en la red, de haberlo hecho se hubiera dado cuenta que todo era un juego, que el progreso estaba de la mano de la novela, que el hombre olvidado podría redimir la muerte, la de la novela, porqué el tiempo, dos minutos y diecisiete segundos, le habían engañado en un sueño de pensamientos confusos y meciánicos. La historia de las artes debe ser considerada en comunión a la historia del hombre y sus circunstancias. Nada que pedir al futuro, porque el tiempo, en la actualidad, es simultaniedad y la realidad una verdad tan relativa como la de la muerte de la novela, tan expansiva como una amplia red telemática. 

07 de desembre 2009

A pie

Tarde de lunes que se asemeja a domingo, a todas las pasadas tardes de domingo. Hoy, de vez en cuando, me molesta la música que me regala el ordenador, se me aparece poco saludable o lo que es lo mismo, a veces, olvido cuán de distinta suena la música en la minicadena, incluso en el viejo tocadiscos de antaño, de cuando niña. Apenas escribo ya a mano. Anduve las últimas semanas sin pilot negro, el único bolígrafo que responde con suavidad sobre el papel, que dota a mis dedos de la presión y la velocidad justas para seguir avanzando, y, aunque vuelvan a mí recuerdos nítidos de lecturas por gula, ya no sé leer por pasión, leo mientras investigo. Me llegó un libro del otro lado del océano, que nunca he cruzado. Historias de la marcha a pie, flujo de consciencia de deriva, regalo necesario y testimonio material de mis venturas, caminando como en formol en una de estas tardes que se asemejan a domingo. 

22 de novembre 2009

Le frigo

Nosotros, los modernos, inmediatamente clasificamos lo vivido. Escribimos libros como pudiéramos formar herbarios, para catalogar y disecar emociones rapidísimas. Los libros son como frigoríficos donde se guarda nuestra vida fragmentada.
Divagación sobre el viaje, Mariano Picón Salas.
 

17 de novembre 2009

Ensayo en cuatro partes: la gestualidad de las palabras. -provisional-

Plaça de Catalunya
Ando o paseo vacilante por la calle. Me siento a la par el hombre de la multitud y el flanêur de otros tiempos. Transeúnte y paseante o Robert, el personaje de Gaiman; la ciudad me ensueña e intento leerla o leerme en ella. Pienso mientras ando y a cada paso me acecha una pregunta o una ilusión o un fragmento. Decido entregarme al subsuelo, de vuelta a casa. Los pasillos rezuman voces cansadas, casi inaudibles tras la nebulosa musical que adorna -sólo adorna- mis oídos. Llena de notas, llena de palabras, llena de mí tropiezo con una cara conocida, apenas reconocible; pasaron los años para ambos: mi maestro, su alumna. “Me alegra verte, pero no tanto como saber que al final te decidiste”. Dos besos y un abrazo.