13 de juny 2009

2133: esencia de una ficción a medias

Han pasado unos cuantos meses desde que me encargaron un cuento cuyo tema central fue una imposición. Le he dado muchas vueltas, prueba de ello las distintas versiones que se acumulan en el ordenador, pero finalmente, y puede que eche a perder la sorpresa de algunos que me pidieron leerlo en su totalidad, el resultado es el que sigue:

" Creo que Nora y Manel se conocieron en el momento adecuado, ella necesitaba nuevos aires y él echar raíces aquí. La velada transcurrió tan amablemente que sin a penas darnos cuenta, semana tras semana, institucionalizamos las cenas de los jueves. Ambos venían después de su jornada laboral en el taller y a mí me gustaba porqué me permitían rastrear, con sus inquietudes y proyectos, mi juventud dormida. De algún modo a través de sus voces y sus risas fui dándome cuenta de la necesidad de recuperar el espíritu que me trajo a la comunidad y a aceptar mi puesto como cronista. Ésta fue una decisión circunstancial, Gaspar conoció la existencia del pueblo por Jesús, quien propuso ante la asamblea nuestra adscripción al proyecto de la comunidad. Fue entre natural y lógico que fuera yo la encargada de retratarlo sobre el papel y a mí me ilusionó la propuesta: me permitía ganarme la vida con aquello que tanto me gustaba al mismo tiempo que me permitía casarme con Manel e instalarme en el pueblo bajo la jurisdicción de la veguería. 

Puede que no haya gestionado bien mi trabajo y puede que haya llegado el momento de aniquilar todas las excusas que he ido formulando para evitar llevar a cabo un proyecto diferente; han pasado los años y la experiencia acumulada me habla de una burocratización de mis capacidades artísticas. La veguería sigue exigiendo que las partes contrayentes de un matrimonio tengan un trabajo fijo y sigue sin admitir como profesión la de artista. Creo, como creí en su momento, que ningún artista debería prostituirse para poder ejercer su labor y, sin embargo, sé por propia experiencia que cualquier artista debe prostituirse para alcanzar la plena realización de su obra. Así pues, ya que es el mismo sistema quien lo fomenta, apoyo y defiendo que Nora conste como trabajadora sexual de la empresa de carpintería de Manel. Nora firmó ayer el contrato, ejercerá la prostitución dentro del matrimonio, es y será una puta, una puta artista más libre de lo que jamás he sido yo y no puedo estar, sino, contenta por ella.

Desde la ficción, proyecto y auguro un cambio, encontré el título para mi relato, esta es su esencia: 

 2133: República de la orgía perpetua

 El sistema económico que rige la República está basado en un pacto aceptado ampliamente por sus habitantes: sin el dinero que los hombres obtienen por su trabajo no pueden mantener relaciones sexuales con sus mujeres. La mujeres son quienes ostentan tanto el poder político como económico de la pequeña sociedad, siendo ésta, por tanto, un matriarcado oligarca en el que ellos han devenido, sin percatarse, en esclavos sexuales de ellas, cultivadoras de todas las artes."