17 de novembre 2009

Ensayo en cuatro partes: la gestualidad de las palabras. -provisional-

Plaça de Catalunya
Ando o paseo vacilante por la calle. Me siento a la par el hombre de la multitud y el flanêur de otros tiempos. Transeúnte y paseante o Robert, el personaje de Gaiman; la ciudad me ensueña e intento leerla o leerme en ella. Pienso mientras ando y a cada paso me acecha una pregunta o una ilusión o un fragmento. Decido entregarme al subsuelo, de vuelta a casa. Los pasillos rezuman voces cansadas, casi inaudibles tras la nebulosa musical que adorna -sólo adorna- mis oídos. Llena de notas, llena de palabras, llena de mí tropiezo con una cara conocida, apenas reconocible; pasaron los años para ambos: mi maestro, su alumna. “Me alegra verte, pero no tanto como saber que al final te decidiste”. Dos besos y un abrazo.

2 comentaris:

Isa (o Isabela o Isabelita, que així em diuen alguns... jaja) ha dit...

Mola, mola molt. Potent, molt potent. És el teu estil, cert... però és que és tan teu... per res impostat. El "subsuelo" m'ha fet pensar en Bohumil Hrabal i la seva "soledad demasiado ruidosa" que tan poc et va agradar... ell també baixava als seus "subsuelos". Qui és el mestre a qui vas trobar?

Quiero más!!!

Helena ha dit...

Mi querida lectora, no olvide nunca que la realidad se lee y se interpreta constantemente, ficción sobre ficción, y que solamente podemos estar seguros -y a veces también lo dudo- de nuestro yo. Deberá esperar las siguientes entregas, aunque creo que el interrogante seguirá sin resolverse -collage de collage-.

Yo también pensé en Hrbal cuando leí la palabra subsuelo, incluso cuando reseguí nebulosa... Es lo que más me gusta de leer y de dejar lecturas a medias, nunca sabes cuando tu cerebro volverá a ellas, en mi caso, los dedos.

Merci!!!!!!!!!!