Plaça de Catalunya
Ando o paseo vacilante por la calle. Me siento a la par el hombre de la multitud y el flanêur de otros tiempos. Transeúnte y paseante o Robert, el personaje de Gaiman; la ciudad me ensueña e intento leerla o leerme en ella. Pienso mientras ando y a cada paso me acecha una pregunta o una ilusión o un fragmento. Decido entregarme al subsuelo, de vuelta a casa. Los pasillos rezuman voces cansadas, casi inaudibles tras la nebulosa musical que adorna -sólo adorna- mis oídos. Llena de notas, llena de palabras, llena de mí tropiezo con una cara conocida, apenas reconocible; pasaron los años para ambos: mi maestro, su alumna. “Me alegra verte, pero no tanto como saber que al final te decidiste”. Dos besos y un abrazo.
2 comentaris:
Mola, mola molt. Potent, molt potent. És el teu estil, cert... però és que és tan teu... per res impostat. El "subsuelo" m'ha fet pensar en Bohumil Hrabal i la seva "soledad demasiado ruidosa" que tan poc et va agradar... ell també baixava als seus "subsuelos". Qui és el mestre a qui vas trobar?
Quiero más!!!
Mi querida lectora, no olvide nunca que la realidad se lee y se interpreta constantemente, ficción sobre ficción, y que solamente podemos estar seguros -y a veces también lo dudo- de nuestro yo. Deberá esperar las siguientes entregas, aunque creo que el interrogante seguirá sin resolverse -collage de collage-.
Yo también pensé en Hrbal cuando leí la palabra subsuelo, incluso cuando reseguí nebulosa... Es lo que más me gusta de leer y de dejar lecturas a medias, nunca sabes cuando tu cerebro volverá a ellas, en mi caso, los dedos.
Merci!!!!!!!!!!
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